Hacía mucho o tal vez poco que no se veían.
Se reencontraron. Sus miradas se cruzaron, un escalofrío de placer
sacudió sus músculos y recorrió sus columnas vertebrales. No se atrevían
a dar el primer paso.
Entonces ella sonrió furtivamente. Se les ocurrió dejar atrás todos los
perjuicios pasados y pasar de ser de "esos seres" que se interponían en
su relación.
Se acercaron sin apenas darse cuenta, dejándose llevar por un deseo
excitante y extraño. Los latidos de sus respectivos corazones caldearon
la atmósfera.
Finalmente, cerraron los ojos a la vez y se besaron, no sin olvidarse de entrelazar los dedos de sus manos, como antiguamente.
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